Colombia es un país diseñado por corruptos a su imagen y semejanza, para saquear al Estado

En una nota reciente de Jorge Alberto Velásquez B. en su cuenta de Facebook revela como en Francia, el expresidente Nicolás Sarkozy fue investigado y condenado por corrupción, tráfico de influencias y prevaricato.

En España la Fiscalía investiga al Rey jubilado (Emérito, suena más elegante) por la presunta comisión de un delito fiscal, tráfico de influencias, cohecho y prevaricato.

Los partidos democráticos apoyan a la Fiscalía. Los partidos de la derecha atacan a la Fiscalía.

Y se pregunta Jorge Alberto ¿Si esos cuatro delitos se investigaran de oficio entre los altos cargos de los poderes públicos en Colombia, ¿qué pasaría?

En Colombia, en cambio, al gobierno entero y al Congreso les faltan manos para proteger a una ministra que favorece la corrupción.

¿Cuáles son las lecciones de este episodio?

Que seguimos siendo una república bananera que normaliza la corrupción. Mala señal para los ciudadanos: el Estado auspicia, promueve y protege la corrupción, porque es un “modus operandi” característico del país.

La conclusión del columnista no puede ser más contundente: Colombia es un país diseñado por corruptos a su imagen y semejanza, para saquear al Estado mientras los poderes públicos y los órganos de control actúan como un solo cuerpo auspiciando la corrupción.

Y nos preguntamos nosotros ¿lograremos los colombianos cambiar en algo esta deprimente situación en las próximas elecciones?

  • Comfama