El apocalipsis según la biblia de Putin

 

Lo que Putin no demolió en Ucrania, ya lo demolió la propia Unión Europea, desatando una crisis energética-inflacionaria sin precedentes, que finalmente está llevando a la Zona Euro a su propio suicidio

 

La reconstrucción de Ucrania, anunciada por Zelensky no es nada más que un mito irrealizable. Una reconstrucción del país (según el Banco de Inglaterra) demandaría más de un billón de dólares

 

Se agravan el colapso multisistémico y la crisis global que dejaron la destrucción militar de Ucrania y la pandemia energética. todo está en crisis, todo se cae, y lo que no se cayó, está por caerse.

La invasión militar del presidente ruso ya demolió técnicamente a Ucrania, y detonó un conflicto militar nuclear, entre Rusia y EE.UU., primero, y entre China y EE.UU., después. cuya resolución (en un plazo indefinido) convierte a Europa y al Asia-pacifico en el eje matriz potencial de un nuevo Armagedón nuclear de consecuencias planetarias imprevisibles.

y el efecto Ucrania a su vez, ya desató a escala mundial una crisis energética, una crisis económica-inflacionaria, una crisis alimentaria, una crisis de hambruna global (anunciada por la ONU), y un proceso de crisis social con división política en la eurozona, que ya amenaza con un colapso generalizado de la unión europea.

Y lo que Putin no demolió en Ucrania, ya lo demolió la propia Unión Europea, desatando (con las sanciones al petróleo y gas rusos) una crisis energética-inflacionaria sin precedentes que finalmente está llevando a la Zona Euro a su propio suicidio.

Y el colapso económico mundial que detonó el arma energética de Putin es multisistémico y generalizado por todo el planeta.

Todas las noticias internacionales, todos los pronósticos oficiales y privados, y todas las estadísticas sobre los temas centrales empiezan (y terminan) con la palabra crisis. Y no hay proyección que no registre (a diario) un derrumbe planetario generalizado de los mercados globales.

Nada se salva de la «caída» crónica: los mercados registran el peor año en décadas. Se desploman las acciones, los bonos y las criptomonedas.

Caen las BOLSAS, caen las acciones de tecnológicas, bancos y megaempresas de Wall Street, sube el dólar, la Reserva Federal de EEUU y el Banco Central europeo suben las tasas, se cae el consumo, suben los precios de todo, se pulverizan los salarios, crecen el hambre y la pobreza mundial, y la desaceleración ya detona pronósticos de recesión global, empezando por EEUU y la Unión Europea.

Y por si faltara algo, La demolición militar de Ucrania continúa

Rusia, ahora en una guerra de «baja intensidad», domina por el Este, el Sur, el Mar Azov y el Mar negro, y ya controla más del 25% de territorio ucraniano. Tiene bajo su poder el 30% de la exportación total y domina el corazón industrial del país en el Donbass.

Mientras el régimen de Kiev, tiene sus redes de infraestructura general y estructuras económicas destruidas, está sumido en una crisis de endeudamiento (producto de las compras de armas y «ayuda financiera») mientras los grandes centros bancarios se niegan a seguir prestándole por falta de garantías.

En tanto que la reconstrucción de Ucrania, anunciada por el títere Zelensky no es nada más que un mito irrealizable. Una reconstrucción del país (según el Banco de Inglaterra) demandaría más de un billón de dólares. Que se agregarían a los u$a 72.000 millones anuales que EEUU y la Unión Europea tendrían que desembolsar para el funcionamiento en pie del Estado Ucraniano. Una misión imposible para Washington y Bruselas, con sus economías en crisis y en proceso de recesión.

Y todavía «no vieron lo peor» de la película terrorífica con Putin como actor central.

Mientras la UE ruega que no suceda su pesadilla de terror invernal anunciado con el corte del gas ruso, Putin avisa que no va ceder ninguno de los territorios ocupados, y solo va a negociar una tregua del conflicto posicionado como el ganador.

Y desde las usinas militares rusas

La renuncia de Boris Johnson en Gran Bretaña, la caída de Biden en las encuestas y la crisis total en EEUU, la reactivación de la alianza estratégica entre Moscú y Pekín, debilita la posición guerrerista EEUU y los halcones de la OTAN.

Y como producto del apocalipsis energético, con crisis recesiva, crisis social y crisis política que se pronostica (y ya comenzó a funcionar) en la Unión Europea, triunfa la línea negociadora de los «moderados» encabezados por Alemania, Francia y Austria.

El nuevo centro de la «tensión nuclear,» ahora se sitúa en el Mar Báltico. Donde Finlandia, Suecia, Letonia, Lituania, Estonia, Noruega, Países bajos, Polonia, Rumania (liderados por Reino Unido) conforman el nuevo centro de provocación militar contra Rusia. Y representan la nueva matriz del conflicto nuclear, ascendente e indetenible, entre Rusia y EEUU-OTAN por el control de Europa.

En resumen, lo de siempre: el tablero planetario del sistema de poder mundial (con nosotros adentro) solo acumula apocalipsis matemático implícito en su naturaleza, depredadora y criminal.

Y hay que reconvertir los planos bíblicos de la Profecía: Donde dice “Dios”, hay que decir “sistema”, y donde dice “diablo”, hay que decir “capitalismo”.

Y por todos los caminos se llega al apocalipsis nuclear de Putin.

Y todavía, como dice el Jefe del Kremlin, «no has visto lo peor».

Autor: Manuel Freytas,  periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Fundador de IAR Noticias …