La crisis mundial de los contenedores pesa cada vez más en el bolsillo de los colombianos

 

Un tramo largo lleva ya la crisis de contenedores que afecta al mundo y que está presionando a las empresas colombianas que se dedican al comercio exterior, lo que finalmente terminará llegando al consumidor, y sin que hasta el momento se vislumbre una salida.

El caso de Colombia es dramático y las navieras están exigiendo que los contenedores vacíos, se entreguen en Buenaventura, lo que genera sobrecostos que terminarán recayendo en el comprador, ya que no hay forma de desembotellar el tráfico de mercancías en los puertos antes del primer trimestre de 2022. El comercio exterior está contra las cuerdas.

Anteriormente se entregaban en las diferentes ciudades. En consecuencia, los costos de retorno de los contenedores corren por cuenta de los importadores.

Un cálculo a mano alzada permite promediar que dicho costo sumaría recursos del orden de 1 o 2 millones de pesos por devolver cada contenedor, dependiendo de la ciudad de origen. Bien es sabido que los gastos de operación que hacen parte de cada actividad económica terminan llegando al final de la cadena, es decir, al consumidor.

Por esa razón, desde que se empezó a agudizar la crisis de los contenedores, el gran temor ha sido el de la presión que esa circunstancia ejerce sobre la inflación (los precios se encarecen) y la amenaza que recae sobre la meta de recuperación económica que se tiene prevista.

Ponerse al día tomará tiempo

Peor aún es que la escasez de contenedores es un problema que, al igual que la pandemia, seguirá haciendo de las suyas. Al menos así lo establece un informe de la firma Crowe Colombia, titulado ‘La cara oculta detrás de la crisis de los contenedores’, en el que se detallan estadísticas poco alentadoras.

Por ejemplo, por la crisis de contenedores que se desató desde 2021, Colombia dejó de movilizar 8,8 millones de toneladas (de enero a junio), en comparación con 2020, que de por si fue un año de menor movimiento.

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