El municipio de Jericó ubicado en el suroeste antioqueño, es conocido por ser el pueblo de los colores o el pueblo más hermoso de Antioquia, las diferentes tonalidades engalanan su arquitectura y paisajes extraordinarios, pero para los jericoanos no todo es color de rosa, ellos hoy son ejemplo de resiliencia y pujanza demostrando que las nubes grises también forman parte del paisaje.
Para nadie es un secreto del inminente riesgo que corre esta población cada vez que se acerca la temporada de lluvias en el país. La zona en la que está ubicado Jericó es característica de terrenos formados por rocas volcánicas por lo que sus filos empinados y hoyas profundas son la columna vertebral del pueblo.
Por años, familias enteras y campesinos han visto sus hogares tambalear por la inestabilidad del terreno, pero aun así, siguen en pie de lucha y trabajando por ver prosperar la tierrita que los vio crecer.
El pasado fin de semana, la comunidad entró en alerta por lo que el gobernador (e) de Antioquia, Luis Fernando Suarez, recorrió en compañía del alcalde de Jericó, David Toro, y el director del Dapard, Jaime Enrique Gómez, los sectores de La Comba y Los Aguacates para conocer de primera mano la reactivación de los procesos de inestabilidad en las laderas de la zona, generadas por las fuertes y constantes lluvias de los últimos días. 
Por lo que se acordó la ejecución inmediata de nuevas intervenciones con maquinaria amarilla para descargar material de la ladera y de esta manera mitigar el riesgo existente por movimiento en masa.
El alcalde de Jericó destacó los compromisos puntuales que permitirán superar las dificultades y contratarán un estudio técnico para conocer con más exactitud qué acciones tomar en el terreno.
La comunidad, cada vez que el cielo empieza a oscurecerse, entra en un estado de incertidumbre, pero entre los vecinos y amigos de años se dan apoyo y esperanza para devolverle a Jericó, en los momentos más difíciles de batallar, la belleza que lo hizo merecedor como pueblo patrimonio de Colombia.
