El Abierto de Australia, el primer Grand Slam de la temporada, empezó sin Novak Djokovic, el deportista más esperado del torneo. Djokovic, quien se ha negado a vacunarse, fue deportado de Australia luego de una semana de papeleo judicial y ruedas de prensa airadas.
A Djokovic, no se le deportó por no querer vacunarse —de hecho se le otorgó una exención médica— sino porque la autoridad consideró que el suyo era un asunto de “interés público”. También se supo que, tras recibir un diagnóstico positivo de covid, viajó y acudió a reuniones sin mascarilla y que la documentación presentada a las autoridades migratorias contenía información errónea.
Novak Djokovic parece que se ha convertido en la figura pública número uno de los NO VACUNAS, o sea, esa pequeña parte de la humanidad que se niega a vacunarse, por principios morales o ideológicos y hasta científicos.
Cada vez es más la presión de los NO VACUNAS para que respeten su posición, porque además se sienten discriminados para asistir a eventos públicos o simplemente viajar.
En Colombia y concretamente en Medellín, existe por ejemplo una chica abanderada de esta causa. Estefany Martínez llena sus páginas sociales con todo tipo de documentos, testimonios, videos y conferencias, muchos de ellos de autoridades mundiales reconocidas, que protestan contra las políticas internacionales de la obligación de vacunarse.
Así las cosas, una pequeña parte del mundo la conforman habitantes que rechazan la vacuna contra el covid 19, pero al mismo tiempo circulan entre los vacunados. Me pregunto entonces ¿Y si dejamos esa parte del planeta exclusivo para que lo habiten los contra vacuna, será que la pandemia se los traga enteros? ¿O sobreviven sin mayores consecuencias? A decir verdad, valdría la pena el experimento y aclararía muchas cosas.
Pero volviendo al famoso tenista serbio, Novak Djokovic, sobre su cabeza gira ahora toda la política internacional sobre la vacuna contra el covid 19. Sin lugar a dudas, es un tira y afloje sobre la que ha dictado la OMS y demás autoridades sanitarias (con sus excepciones claro está) y el movimiento antivacunas.
¿Será el covid el que dirima estas diferencias? ¿será que Djokovic llegará a contagiarse y entonces le cobrarán su rebeldía?
