Cristóbal Colón le cede el puesto a una indígena

 

La verdad siempre será el símbolo de la libertad. Por eso siempre buscan amordazarla.

 

OPINION

Octavio Gómez

Si Cristóbal Colón, -validado por la historia falsa como el primer descubridor de América- estuviera vivo, jamás dejaría que lo quitaran de su puesto en la historia, para dárselo a una indígena de las que despreciaba, junto con sus amigos españoles, por considerarlos seres inferiores.

Pero ahora, los mexicanos que llevan buena parte de sangre indígena, han decidido remplazar la estatua de Colón por la de una mujer prehispánica, llamada la joven de Amajac.

En el contexto del Día de la Nación Pluricultural, Claudia Sheinbaum, alcaldesa de la Ciudad de México, anunció que la estatua de Cristóbal Colón, en Paseo de la Reforma, será reemplazada por una réplica de la joven de Amajac, una escultura olmeca descubierta a principios de este año.

“Representa a las mujeres, pero especialmente a las indígenas y su lucha en la historia de México”, afirmó Sheinbaum.

La escultura prehispánica, que representa a una joven posiblemente gobernante, fue hallada en la comunidad de Hidalgo Amajac, municipio de Álamo Temapache, en Veracruz, y hoy se exhibe en el Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México.

La efigie del conquistador europeo será reemplazada por una réplica de la escultura olmeca de 6 metros de alto, elaborada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia para ser colocada en la Glorieta de Colón.

Con esto queda resuelta una polémica que hoy se agita en Colombia, donde los indígenas ya han derribado más de una estatua, erigida en honor a los conquistadores españoles, que esclavizaron por cientos de años a los aborígenes de estas tierras.

Por cierto que los españoles nunca le pidieron permiso a los indígenas (dueños reales de estas tierras), para colocar sus estatuas y ahora, los indígenas tampoco se sienten obligados a pedir permiso para derribar estos monumentos y colocar en su sito los propios.

Y como siempre se ha dicho: la justicia cojea, pero llega, y la historia siempre pondrá en el sitio que le corresponde, a los hechos que marcaron a la humanidad.

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