Curso de patriotismo I

 

OPINION

Jorge Alberto Velásquez B.

Habrá que reformar la Constitución para meter en el artículo 7 una seria y firme aclaración que indique que, además de la “diversidad étnica y cultural de la nación colombiana”, también hay una diversidad moral gracias a la cual existen “los colombianos de bien”, una casta superior, ordenada y limpia, que viste camisas blancas, va a misa, hace marchas por las aceras para no impedir la movilidad y grita pasito para no interrumpir el trabajo de la maquinaria económica; una casta que mira por encima del hombro a quienes “no saben quién soy yo”.

A esos a quienes denomina plebe o guacherna, que van a marchas porque sienten que la injusticia les llega hasta el cuello, enarbolan la bandera arcoiris en solidaridad con los perseguidos por la doble moral y, en suma, caben en el genérico de “vagos”, no por voluntad propia sino por acción de la mano invisible del mercado, que sabe diferenciar en una entrevista de trabajo quién mandó la hoja de vida persuadido de sus propios méritos y quién ayudado por un amigo, un cuñao, un contacto privado o un jefe político.