Es preocupante la situación que enfrenta Colombia con la ola de incendios que ha causado gran revuelo en los últimos días, la mayoría de ellos ocasionados por el fenómeno de El Niño que golpea actualmente al país.
El pasado miércoles 24 de enero, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que decretará desastre natural para atender la ola de incendios que azota al país, con el objetivo de agilizar y solventar la atención de las emergencias.
Y es que los incendios y estragos no se detienen ni de día ni de noche, pues continua la alerta en todo el país, incluso en la capital, donde las llamas y el humo están causando retraso hasta en los vuelos del Aeropuerto El Dorado.
Las conflagraciones ya han llegado a cientos de municipios de las diferentes regiones de Colombia, acumulando más de 500 conflagraciones en las últimas semanas.
Según un reporte del ministerio de Ambiente y la Unidad de Gestión del Riesgo, 952 municipios presentan amenazas por incendios, de los cuales 586 se encuentran en alerta roja.
Entre las emergencias de mayor peligro se destacan incendios como los que, a esta hora, consumen los Cerros Orientales en Bogotá; la conflagración en Berlín, Santander, que ha arrasado con más de 200 hectáreas del páramo, así como la oleada de emergencias que se ha llevado cerca de 7.000 hectáreas en departamentos como Vichada, Casanare y Guaviare.
En el caso de Antioquia el panorama es igual de crítico y no se ha salvado de la ola. Según informó el director del Departamento de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagran), durante las últimas semanas se han registrado por lo menos 150 incendios en el departamento y los cuerpos de bomberos se encuentran al límite.
Además, en el Oriente antioqueño uno de los incendios más graves se registró el pasado martes en el municipio de San Vicente Ferrer, cuando arrasó con más de 30 hectáreas de la vereda Chaparral.
