Hay una confusión en el barrio

 

Por Jaime Palacio: columnista invitado

Tomo prestado el nombre de la pachanga de Joe Quijano para ubicarlo en la vida del barrio y entender su comportamiento en estos tiempos de cuarentena y contingencias severas.

El barrio encierra un conjunto de micro culturas que se fraguan a lo largo de los años de convivencia entre unos y otros, hasta llegar a ser verdaderos entornos de común-unión. Las familias que a ellos pertenecen desarrollan a lo largo de los años iniciativas y propósitos integradores con los que se identifican y sellan su hermandad. El barrio gira alrededor de la iglesia, la panadería, la sastrería, la zapatería, la cantina, la tienda de la esquina, la de la ventana en la mitad de la cuadra; todos ellos son lugares de encuentro y reforzadores de comunidad.

Las medidas de la cuarentena recibida del gobernante local generó dificultades de aceptación, en tanto, los primeros afectados en su subsistencia son precisamente los aglutinadores de la convivencia; las familias se encerraron en su casa, si, pero quién se ocupó del tendero, del zapatero y de todos aquellos que son medulares en el entramado de las redes de comunicación del barrio.

Con genuinas experiencias de democracia participativa, la cultura de la prevención, de la contención del riesgo y de la sobrevivencia se construye con ellos, con la comunidad, con sus líderes, con sus referentes; las decisiones homologadas con los habitantes del barrio desde la autoridad inspiradora de un buen líder de acción comunal, del maestro, del médico, del cura, en fin, de tantos en los que ellos se reconocen, tiene toda la potencia para que sea tan efectiva como lo quisieran los gobernantes, que han tenido que recurrir hasta perifoneo en carro oficiales para tratar de convencerlos que tomen las precauciones sugeridas.

Con espíritu solidario y conocimiento profundo del barrio , las contribuciones de la administración local y de los privados van a donde tienen que ir, se reparten equitativamente, y mantienen en la población del barrio la armonía propia de una comunidad que cree en sus principios y no entra en confusiones por voces altisonantes y por intervenciones ajenas a sus propios deseos, necesidades, realidades y aspiraciones.