La molestia de Elon Musk quien ya ocupaba una silla en la junta directiva de Twitter en las reuniones privadas con el director ejecutivo, Parag Agrawal, sobre el tema de cómo arreglar la plataforma, se convirtió en amargura y luego en venganza.
Musk argumentaba que Twitter había perdido el rumbo. Dijo que Twitter había restringido con demasiada frecuencia la libertad de expresión y, siendo «la plaza pública» del mundo, necesitaba colocar la libertad de expresión por encima de todo.
Por ello llegó con escoba nueva barriendo a los más importantes directivos de Twitter al día siguiente de haber pagado 44.000 millones de dólares por la empresa.
Allí cayeron el último CEO de Twitter, Parag Agrawal el jefe de finanzas, Ned Segal, además de al jefe de política legal, confianza y seguridad, Vijaya Gadde.
Las intenciones de Elon Musk
Musk dio a conocer sus intenciones con la plataforma: hacerla una red social de código abierto, donde cualquier pudiera ver el algoritmo para entender por qué sus publicaciones eran degradadas o promocionadas, sin pensar que los contenidos eran manipulados.
Otro de los temas en los que hizo hincapié fue en acabar las estafas de criptomonedas, donde los atacantes podían obtener ganancias millonarias suplantando identidades, entre ellas, la del propio Musk.
Además del tema de respetar la libertad de expresión, algo mencionado en múltiples ocasiones, incluso al momento de «anunciar» su propia red social, habló de la necesidad de «autenticar a los humanos», para cerciorarse que eran personas reales y no bots automatizados enfocados en spam que distorsionaban la conversación pública.
Como siempre, Musk dará sin lugar a dudas muchas sorpresas alrededor de los negocios que comienza. Lo que si podemos asegurar en este portal, es que tiene en sus manos a medio mundo con una red social que ahora manejará a su antojo.
