La integración Avianca Viva Air sigue con turbulencias y se acaba el combustible

 

La integración con Viva Air aún no es una realidad, a pesar del aval de la Aerocivil

 

La industria turística en Colombia sigue a la expectativa de lo que pueda suceder en los próximos quince días con las aerolíneas Viva y Ultra Air, que tienen sus aviones parados hace varias semanas por dificultades financieras.

Son 27 rutas las que han dejado abandonadas a su suerte, junto con los pasajeros que compraron sus tiquetes y las agencias de viajes que siguen con angustia un proceso que les permita recuperar al menos, parte del dinero invertido en estas aerolíneas de bajo costo, que hasta el último minuto hicieron masivas ventas a sabiendas de su quiebra inminente.

El gobierno colombiano expidió una especie de “pliego de peticiones” que deberán cumplir ambas aerolíneas para poder autorizar de nuevo su operación comercial, donde además de otros puntos, se obliga a devolver a sus clientes, los dineros para viajar a distintos destinos.

Los “Slots” o espacios cedidos en los aeropuertos para la llegada y despegue de los aviones, también ha sido otro de los puntos álgidos que las aerolíneas de bajo costo se pelean a muerte.

Aquí la mesa de discusión tiene tres patas: la del gobierno en defensa de los usuarios y de no permitir el monopolio de las rutas aéreas. La otra pata es la de los futuros inversionistas que requieren las suficientes garantías para que el negocio sí sea rentable, y la tercera es la de las propias aerolíneas que deben responder por los perjuicios causados no solo a sus usuarios, sino a la economía del país.

El tira y afloje está aquí a la orden del día y al parecer deben jugar el famoso trompito aquel del “todos ponen” para que la mesa no quede coja y se caiga.

El exministro de transporte, Guillermo Reyes se apresuró a decir a principios de abril, que tanto Viva como Ultra Air volarían muy pronto, pero ya se está terminando el mes y todavía no hay un acuerdo sobre el delicado tema.

La luz verde de la Aeronáutica Civil y la Superintendencia de Industria y Comercio a la integración de Viva Air y Avianca, resultó siendo un capítulo más y no el final de la novela. La segunda aerolínea más antigua del mundo manifestó que las condiciones para que la fusión se haga realidad «no son realistas».

Viva en cuidados intensivos

El proceso, que ya lleva cerca de nueve meses de estudio, debe ahora adicionar esta fase de recursos de apelación, haciendo cada vez menos viable el salvamento de la aerolínea Viva.

“Cada día que pasa en el proceso es un día menos para Viva, para sus trabajadores y para toda la cadena de valor asociada a su existencia. Existe cada vez un mayor riesgo de que los arrendadores retiren los pocos aviones que le quedan a la aerolínea, haciendo inviable su operación», señaló la aerolínea.