La mala suerte del GEA

OPINION

Octavio Gómez

No pudo ser más malo este año para el poderoso Grupo Empresarial Antioqueño, conocido como el GEA y del cual forman parte las poderosas empresas encabezadas por Argos, Suramericana, Bancolombia y sus redes como Comfama y Proantioquia, estas últimas convertidas en los directorios políticos, que orientan la participación del GEA en política, qué tantos dividendos les ha brindado en los últimos años.

Y ahora como francotirador y caja de resonancia del famoso grupo, se atrinchera en sus amarillas páginas, el periódico El Colombiano, para disparar desde todos los flancos contra la administración de Daniel Quintero.

Sin lugar a dudas, el primer garrotazo se los dio Daniel El Travieso, al GEA, “pinturita”, quien le pintó la cara a los encopetados del GEA, que gozaban de inmensos privilegios y prebendas en el sector público, hasta el punto de haberse tomado la junta directiva de EPM.

Pero llegó Daniel a poner orden en la casa y acabó con la guachafita y dando rejo -cual Jesús en el templo- sacó a los mercaderes y advenedizos empresarios de la junta directiva de la empresa más importante de energía de Colombia.

“Fue una lección dura pero necesaria, una cachetada a este empresariado, que estaba desbordado y necesitaba una sacudida de esta naturaleza”, me confesaba un importante dirigente empresarial.

Y se dejó venir, como consecuencia, el caso Hidroituango, que se había convertido en la vergüenza y desfachatez de la contratación pública. Ya se han recuperado cerca de 4 billones de este entuerto. Primer round para Daniel el Travieso.

Y los empresarios del GEA, tan ocupados en armar el arsenal contra Quintero, conformando grupos para su revocatoria, contratando periodistas y comprando periódicos y adoctrinando a los miembros del Comité Intergremial, además de otras mañas, descuidaron el patio trasero por el cual se les está colando el grupo Gilinsky, que ya les respira en la nuca.

Pésimo año para estos empresarios, a los que, de ñapa, se les “dañó”, por todos los costados, su punta de lanza para la presidencia de la República, Sergio Fajardo, más quemado que volador en navidad.

Es cierto que tienen otros por ahí en remojo, pero les faltan “mechas”, para tomar vuelo. Esa pólvora está mojada por la corrupción y demás pecados.

Mal año para el GEA y ojalá este fin de año, les sirva para que hagan un acto de contrición y arrepentimiento y reconozcan que son buenos perdedores, y echen pa delante como buenos paisas verracos como sus antecesores, creando empresas productivas, lejos de la tentación de los negocios financieros especulativos, como los fondos de pensiones privados y similares.